lunes, 28 de abril de 2008
¿El buey solo bien se lame?
A quién no le ha pasado alguna vez que, frente a alguien, se le escape una ventosidad, que sorda a nuestras súplicas, o por una imprudente distracción de controlación de esfínteres, sale al mundo haciéndose oír. En tal situación, incómoda si las hay, nuestra mente se adiestra con facilidad en el autoengaño y nos hace creer, nos convence de que no ha pasado nada. Claro que también el silencio cómplice de quien ha presenciado nuestro desliz también nos ayuda a seguir adelante en lo que estábamos. Y lo agradecemos, así como agradecemos algún otro sonido al que podemos atribuirle el fato.
Algo parecido me pasó el otro día, salvando la insignificante diferencia.
Hacía un par de años que no tenía el privilegio de recorrer los pasillos de la estación Miserere para ir a tomar el tren a Once. Y al recorrerlos nuevamente recordé por qué había evitado ese camino por tanto tiempo: por el sopapo al alma que significa ver tirados en el piso, como cadáveres de guerra desperdigados por el piso, a nenes que no llegan al metro de altura, verlos acurrucados, como gatos guachos con los labios quemados por el paco. Verlos. Y seguir de largo. Verlos y seguir de largo con todos y cada uno de los órganos del cuerpo convertidos en yunques que acarreo durante todo el día.
Ahora han puesto una escalera mecánica. ¡Qué modernitud! Gracias a este avance, sentí que la lenta elevación desde el infierno tenía un aire místico y sentí que me obligaba a hacer uso del mismo artificio que cuando se me escapa una ventosidad: seguir de largo como si no hubiera visto nada, sumergiéndome en la urgencia de mi marcha para llegar al lugar donde me estaban esperando.
Desde el tren vi pasar un helicóptero, de esos en los que se trasladan los que prefieren evitar el contacto con lo real y que hablan de trenes balas, como una especie de augurio de respuesta a lo que estaba pensando.
Cuando llegué a casa, di un primer paso. Espero poder contar noticias nuevas pronto.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Ferchu, ya te dije que me encanta tu blog?! Te lo digo de nuevo.
besos,
CRUZ
Hola Fer! Aca Rocio de Mar del Plata (vieja fantasma del Festival de Cine)... me encanto tu blog... te queria saluar! Un beso enorme!
Rocio.-
Publicar un comentario